CATEQUESIS 1: “Un joven encuentra a Jesús”
I. Oremos con el canto: “No fuiste tu quien me escogió”
II. Desarrollo del tema:
Lectura Bíblica: Mc 10,17 -22
“Se ponía ya [Jesús] en camino cuando uno corrió a su encuentro y arrodillándose ante él, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre." El, entonces, le dijo: "Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud." Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: "Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme." Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes”. (Mc 10, 17-22).
VI. Escuchemos que nos dice el Papa Benedicto XVI:
“Este relato expresa de manera eficaz la gran atención de Jesús hacia los jóvenes, hacia ustedes, hacia sus expectativas, sus esperanzas, y muestra qué grande es su deseo de encontrarlos personalmente y de abrir un diálogo con cada uno de ustedes. Cristo, de hecho, interrumpe su camino para responder a la pregunta de su interlocutor, manifestando plena disponibilidad hacia ese joven, que estaba movido por un ardiente deseo de hablar con el “Maestro bueno”, para aprender de Él a recorrer el camino de la vida. Con este pasaje evangélico, mi Predecesor (Juan Pablo II) quería exhortar a cada uno de ustedes jóvenes a “desarrollar su propio coloquio con Cristo – un coloquio que es de fundamental importancia y esencial para un joven" (Carta a los jóvenes, n. 2).
V. Comentemos:
(Estas preguntas pueden hacerse de manera general en o en grupos pequeños)
1. ¿De qué trata el Texto Bíblico?
2. ¿Qué te llama más la atención de las palabras del Papa?
3. ¿Crees tú, que siguen habiendo jóvenes que interrumpen el camino de Jesús, para hacerle preguntas? ¿Cómo?
(Escuchemos las opiniones)
VI. Oremos con el canto: “Cristo no tiene manos”
CATEQUESIS 2: “¡Ven y sígueme!”
I. Oremos con el canto: “Siervo por amor”
II. Introducción:
Siguiendo la reflexión del relato Evangélico, de Mc 10,17.22, en esta otra Catequesis, el Papa quiere enfatizar el valor que tiene la llamada de Jesús al Joven para seguirlo y la respuesta que le da ante la interrogante "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?" Una de las invitaciones es dejarlo todo y seguirlo.
Con esta otra catequesis queremos ayudar a los jóvenes a preguntarse, a sí mismo, si no eres tú, a quien el Señor hoy te dice: “Ven y Sígueme”. Te invitamos a que te metas en el relato Bíblico, y pon atención a lo que dice el Papa, en relación a esta invitación “Ven y Sígueme”.
III. Desarrollo del tema.
Lectura Bíblica: Mc 10,17 -22
IV. Escuchemos que nos dice el Papa Benedicto XVI.
Jesús invita al joven rico a ir más allá de la satisfacción de sus aspiraciones y de sus proyectos personales, le dice: “¡Ven y sígueme!”. La vocación cristiana brota de una propuesta de amor del Señor y puede realizarse solo gracias a una respuesta de amor: "Jesús invita a sus discípulos al don total de su vida, sin cálculo ni intereses humanos, con una confianza en Dios sin reservas. Los santos acogen esta invitación exigente, y se ponen con humilde docilidad tras las huellas de Cristo crucificado y resucitado. Su perfección, en la lógica de la fe a veces humanamente incomprensible, consiste en no ser el centro de sí mismos, sino en escoger el ir contracorriente viviendo según el Evangelio” (Benedicto XVI, Homilía con ocasión de las Canonizaciones: L’Osservatore Romano, 12-13 octubre 2009, p. 6).
A ejemplo de tantos discípulos de Cristo, acojan también ustedes, queridos amigos, con gozo la invitación al seguimiento, para vivir intensamente y con fruto en este mundo. Con el Bautismo, de hecho, él llama a cada uno a seguirlo con acciones concretas, a amarlo por encima de todo y a servirlo en los hermanos. El joven rico, por desgracia, no acogió la invitación de Jesús y se fue entristecido. No había encontrado el valor de apartarse de los bienes materiales para encontrar el bien más grande propuesto por Jesús.
La tristeza del joven rico del Evangelio es la que nace del corazón de cada uno cuando no se tiene el valor de seguir a Cristo, de realizar la elección correcta. ¡Pero nunca es demasiado tarde para responderle!
Jesús no se cansa nunca de volver su mirada de amor y de llamar a ser sus discípulos, pero Él propone a algunos una elección más radical. En este Año Sacerdotal, quisiera exhortar a los jóvenes y a los chicos a estar atentos a si el Señor os invita a un don más grande, en el camino del Sacerdocio ministerial, y a hacerse disponibles a acoger con generosidad y entusiasmo este signo de especial predilección, emprendiendo con un sacerdote, con el director espiritual el necesario camino de discernimiento. ¡No tengan miedo, ustedes, queridos jóvenes y queridas jóvenes, si el Señor les llama a la vida religiosa, monástica, misionera o de especial consagración: Él sabe dar gozo profundo a quien responde con valor!
Invito, además, a cuantos sienten la llamada al matrimonio a acogerla con fe, empeñándose a poner bases sólidas para vivir un amor grande, fiel y abierto al don de la vida, que es riqueza y gracia para la sociedad y para la Iglesia.
V. Comentemos:
(Preguntas para reflexionar, ya sea en grupo y de manera persona, después compartir sus comentarios)
1. ¿Qué tipo de riquezas y aspiraciones tendrán hoy los jóvenes?
2. ¿Cuál es la exhortación que el Papa hace a los jóvenes de hoy?
•3. ¿Cuáles serán esos temores que no dejan al joven de hoy, el responder la llamada de Jesús, que dice “Ven y sígueme”? (Mencione unos tres temores)
VI. Oremos con el canto: “Sígueme”
CATEQUESIS 3: “Jóvenes, los necesitamos”
I. Oremos con el canto: “Quédate Señor”
II. Introducción:
III. Desarrollo del tema:
Queridos jóvenes, en las catequesis anteriores hemos reflexionado sobre su relación con Dios y la invitación que Él les hace. En esta última catequesis, reflexionaremos un poco más allá de los límites religiosos y nos centraremos más en la relación de los jóvenes con el medio ambiente y los retos que deben asumir, como buenos cristianos.
IV. Desarrollo del tema:
Lectura Bíblica: Mc 10,17 -22
V. Escuchemos lo que dice el Papa Benedicto XVI:
“Quien vive hoy la condición juvenil tiene que afrontar muchos problemas derivados de la desocupación, de la falta de referencias ideales seguras y de perspectivas concretas para el futuro. Entonces se puede tener la impresión de ser impotentes ante las crisis y a sus consecuencias actuales. ¡A pesar de las dificultades, no se desaniman y no renuncien a sus sueños! Mantengan en su corazón deseos grandes de fraternidad, de justicia y de paz. El futuro está en las manos de quienes saben buscar y encontrar razones fuertes de vida y de esperanza. ¡Si quieren, el futuro está en sus manos, porque los dones y las riquezas que el Señor ha puesto en el corazón de cada uno de ustedes, plasmados por el encuentro con Cristo, pueden traer auténtica esperanza al mundo! Es la fe en su amor la que, les hace fuertes y generosos, les dará el valor de afrontar con serenidad el camino de la vida y a asumir responsabilidades familiares y profesionales. Empeñaos en construir su futuro a través de itinerarios serios de formación personal y de estudio, para servir de modo competente y generoso al bien común.
En mi reciente Carta encíclica sobre el desarrollo humano integral, Caritas in veritate, he enumerado algunos grandes desafíos actuales, que son urgentes y esenciales para la vida en este mundo: el uso de los recursos de la tierra y el respeto de la ecología, la justa división de los bienes y el control de los mecanismos financieros, la solidaridad con los países pobres en el ámbito de la familia humana, la lucha contra el hambre en el mundo, la promoción de la dignidad del trabajo humano, el servicio a la cultura de la vida, la construcción de la paz entre los pueblos, el dialogo interreligioso, el buen uso de los medios de comunicación social.
Son desafíos a los que estáis llamados a responder para construir un mundo más justo y fraterno. Son desafíos que requieren un proyecto de visa exigente y apasionante, en el que poner toda vuestra riqueza según el designio que Dios tiene sobre cada uno de vosotros. No se trata de realizar gestos heroicos ni extraordinarios, sino de actuar haciendo fructificar los propios talentos y las propias responsabilidades, empeñándose en progresar constantemente en la fe y en el amor.
En este Año Sacerdotal, os invito a conocer la vida de los santos, en particular la de los santos sacerdotes. Veréis que Dios les guió y que encontraron su camino día a día, precisamente en la fe, en la esperanza y en el amor. Cristo llama a cada uno de vosotros a comprometeros con Él y a asumir las propias responsabilidades para construir la civilización del amor. Si seguís su Palabra, también vuestro camino se iluminará y os conducirá a metas altas, que dan alegría y sentido pleno a la vida.
VI. Comentemos
1. Como Grupos Juveniles ¿Cómo cuidamos de nuestro medio ambiente?
2. ¿Cuál será el reto más grande para los jóvenes hoy en día, tanto en el campo social, como en lo religioso?
3. ¿En qué se comprometen como jóvenes para cuidar el medio ambiente? (Presentar un compromiso concreto y encarnado en la realidad)
4. Oremos con el canto: “Con tu Mirada”
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